Me llamo Gener y vivo en la zona mas al norte de la peninsula , en una zona donde llueve en abundancia, pero el calor también aprieta de vez en cuando , Vivimos en ellas varias tribus que en conjunto se Nos denomina celtas, cuanto mas al norte los gallaci están mas avanzados , cuanto mas al sur mas dedicados a tareas del campo , las zonas costeras son las mas preciadas porque existe trafico marino que conecta con otras regiones.
Un buen día al pueblo nos llegó un rumor , había unas islas mas al norte habitadas por unos salvajes pero que para nuestro guía , Breogán no son mas que un estorbo en sus planes , que cuales eran sus planes? Pues no lo averiguamos hasta bastantes días mas tarde , comenzaron a reclutar a gente que debía tener todas sus dotes y toda su fuerza sin ningun tipo de problema físico , uno de ellos fui yo .
Unos meses despues del reclutamiento a todos nosotros nos condujeron a la costa, allí había pequeñas embarcaciones y de malas condiciones, como la tecnología actual permite crearlas y con miedo subimos todos a ellas , era una gran cantidad de barcos y aun mayor la cantidad de hombres que allí había , a hombres me refiero porque no había sino poco mas de cincuenta mujeres que los mandatarios consideraban que su labor era cuidar las cabañas , la familia y el agro .
Los navíos partieron poco después , la la nave capitana , la que guiaba a las demás , estaba comandada por el hijo del mismísimo Breogan , el que considerabamos el lider de nuestro territorio tan sofisticado o casi tan sofisticado como los que rumoreaban que había en oriente, pero no en tecnología , sinó en organización , división territorial y gobierno.
Nada mas salir una tormenta nos alcanzó en una zona a la que nosotros llamabamos la costa de las muertes, allí el mar embravecido ponía a prueba los toscos navíos , el viento amenazaba con llevarse cada uno de los tablones de madera que lo formaban , pero con solo tres navíos perdidos conseguimos atravesar la tormenta y seguir rumbo a los mares frios del norte.
El viento y los remeros nos turnabamos , cuando el viento del sur soplaba nosotros descansabamos , y cuando no lo hacía o soplaba del norte nosotros remabamos para seguir avanzando, cuando estabamos muy cansados siempre teníamos a otra persona para substituirnos .
Una buena noche , estrellada ,con la luna llena en lo mas alto , alumbrando como si fuese el mismo sol, cuando el viento soplaba del sur y todos dormiamos , se escuchó de pronto como alguien soplaba el cuerno en el barco guía , ese sonido se ecuchó a kilometros de distancia y porsupuesto lo escucharon absolutamente todos los navíos que formaban la flota .
Nos levantamos todos del suelo donde dormíamos a ver que pasaba y jamás en nuestra vida nos imaginamos que ibamos a ver una escena tan horripilante que hasta al mismísimo hijo del gran Breogán le hizo plantearse seguir con el viaje .
Frente a nosotros se escuchaban las olas rompiendo contra la costa , formada por altos acantilados y la escarpada costa amenazaba la integridad de los barcos ya en la distancia , pero no era eso lo que tanto miedo causaba en la flota , no era el oído el que causaba el sentimiento de miedo , sinó que era la vista que observaba lo que allí había sobre el acantilado.
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